Historia incoherente, sin pies ni cabeza (con alas, eso sí). Los giros argumentales son tan injustificados que dan pena, y los tópicos abundan de tal forma que resulta insultante: ¿a qué santo tenía que aparecer un niño que, oh sorpresa, al final es un demonio? Oh, perdón, que el serio bueno, que es un ángel que se corta las alas para ir más ligero (porque claro, para qué volar si puede robar un coche de policía) nos comenta que no son demonios...
El ángel malo (don Gabriel) parece una drag queen en éxtasis, y la coreografía de la lucha con el ángel sin alas tiene más bien poca gracia.
Y las tres actrices tiene una ínfima calidad interpretativa, de forma que no sabes si lloran (porque las hacen llorar en alguna ocasión, incluso soltar algún monólogo circunstancial), o es que van a arrancar a reír por las tonterías que les hacen decir.
Lo único bueno de haber visto esta película es que me han dado una razón para desahogarme en Filmaffinity,...
como dios manda.