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Voto de el pastor de la polvorosa:
10
Romance. Drama Viena, 1900. Stefan Brand, un famoso pianista, recibe una carta de una mujer con la que mantuvo, en el pasado, una relación amorosa que ya no recuerda. Lisa es para él una desconocida, alguien que ha pasado por su vida sin dejar huella. Y, sin embargo, ella sigue apasionadamente enamorada de aquel joven músico que conoció cuando era todavía una adolescente. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carta de una desconocida narra una historia de amor absoluto e incondicional: Lisa, interpretada por Joan Fontaine, se enamora en su adolescencia de su vecino, un joven y prometedor pianista, y toda su vida se verá marcada por esa pasión.

La fascinación de la joven se va desarrollando desde la curiosidad inicial por las lujosas pertenencias del recién llegado hasta la escucha de su interpretación de Liszt (el estudio nº3, conocido como “un sospiro”), y alcanza su primer clímax en su primer encuentro cara a cara, en el que ella permanece tras el cristal de la puerta de la casa.

Más tarde, aprovechando el ritual doméstico de la limpieza de las alfombras, ella penetra en el apartamento de él, descalza: como una humilde sierva en un espacio sagrado, pero también con una connotación erótica. En lo sucesivo, Lisa observará a su amado imposible tras los cristales, su sombra tendrá tanta presencia como su figura, vestirá de oscuro (como oscuro es su deseo).

Lisa puede ser una ingenua, una romántica, y hasta una neurótica, pero Max Opuls (sic) no es ninguna de esas cosas. Su punto de vista es el de un moralista que advierte sobre la naturaleza ilusoria del placer: un placer que evoca, en este caso, con la misma elegancia pero mayor contención que en sus últimas películas europeas, sirviéndose de una refinada estructura narrativa, y una fascinante atención a los detalles.

Toda la película está construida sobre un complejo esquema de asociaciones internas; para no aburrir, comentaré sólo algunas:

- El personaje de Lisa tiene su reflejo en el mayordomo mudo que sirve al pianista, y de quien, como ella, es compañero fiel y silencioso.

- El pretendiente de Linz tiene su eco en el marido vienés de la segunda parte: la condición militar de ambos subraya el carácter marcial de la sociedad del imperio; Lisa viste de blanco cuando está con ellos.

- En términos freudianos (otro punto de vista en la Viena de la época en que sucede la acción), podría postularse que el personaje de Lisa está marcado por la ausencia de la figura paterna, que el prosaísmo plebeyo de su padrastro no hace más que reafirmar. Ella evoca a su padre en el momento de mayor satisfacción que el relato le permite: el viaje ficticio que emprende con su amado en un tren de feria -cuyo mecanismo se nos muestra con todo detalle. El pianista se asociaría, por tanto, al padre ausente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
el pastor de la polvorosa
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