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Voto de el pastor de la polvorosa:
10
Drama Amantha Starr es una bella y rica joven que vive con su padre en una lujosa plantación sureña. Pero, cuando éste muere, la acusan de ser hija de una sirvienta negra, por lo que es despojada de sus tierras y convertida en esclava. Trasladada a Nueva Orleáns para ser vendida, un apuesto caballero la compra en una subasta de esclavos. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias a un excelente libro que reúne las entrevistas que le hizo Jon Halliday, los cinéfilos aprendimos a distinguir que, en el caso de Douglas Sirk, una cosa era el valor del guión y otra el valor de la película. Habrían hecho falta más Jon Hallidays porque no siempre han merecido el mismo juicio de valor los melodramas de otros directores de Hollywood, ni siquiera entre los más ilustres.

Un ejemplo es esta obra maestra de Raoul Walsh, abucheada en su momento por los críticos serios, y demasiado olvidada hoy: al leer las primeras líneas del resumen del argumento uno siente el peso del tío Tom y Scarlett O'Hara, sin su aureola mítica. Lo convencional y lo inverosímil desde el punto de vista narrativo tiene mucho peso en "Band of angels", aunque no más que en muchos clásicos intocables de Hollywood: desde la tormenta tropical que anula las cautelas sexuales, hasta los comentarios para la galería: “hoy ha quemado una parte de su vida”, etc.

La obra de Raoul Walsh está ligada a los orígenes del cine, y pertenece, como los orígenes de la literatura, al género épico. Con todo, el protagonista de "Band of angels", Hamish Bond (Clark Gable), al igual que el general Custer, el Mike McComb de Silver River o el Ben Allison de The tall men, es un héroe esencialmente ambiguo: bastaría un leve desplazamiento del punto de vista para hacer de él un perfecto canalla. Lo determinante para el veredicto no son las acciones del personaje sino sus motivos, y este Bond, como sus antecesores citados, se salva porque está guiado por la ética de la aventura, y no por la del dinero. Esto queda claro desde su misma presentación, precedida por su voz en off, que anuncia: “5.000 dólares”: el dinero y el desprendimiento definen a Hamish antes de que veamos su cara.

Todo es así en la película, modelo de narración clásica y capacidad de síntesis: el relato transcurre con rapidez pero al mismo tiempo está lleno de detalles que quedan siempre como entre líneas, sin ningún gesto para llamar la atención; hay que estar atentos a cómo se enfrentan los personajes y cómo se miran, a cómo se repiten las situaciones a lo largo de la trama, creando significados más allá de lo que dicen los diálogos.

Los derechos civiles de los negros y de las mujeres han avanzado mucho, al menos sobre el papel, desde 1957, pero el centro crítico al que apunta toda la película, la corrupción asociada al dinero como valor supremo, parece resurgir con más fuerza aquí y ahora: por eso, "Band of angels" es más actual que nunca, pese a sus colores pastel, sus coros espirituales y su regusto sutil y delicioso de añeja novela de aventuras.

Fragmento del texto publicado en: navegandohaciamoonfleet.wordpress.com
el pastor de la polvorosa
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