Vista "Roma", peliculón con todas las letras vaya. Lo fácil sería hacer una película con unos burgueses malvados como el demonio y una Cleo o muy, muy, muy víctima o revolucionaria, con final a lo Quentin Tarantino. Pero nada tendría que ver eso con la infancia de Cuarón. La realidad, a veces, es más compleja. La familia protagonista ama a Cleo, y la aman de verdad, tal y como aman a sus... mascotas, sí. La llevan al veterinario cuando se le complica la salud, la abrazan cuando sienten la necesidad de hacerlo, la llevan a la playa cuando quieren que le dé un poco el aire... Pero Cleo está ahí para hacerles la colada todos los días, hasta el último día de su vida. Es brutal porque es enormemente sincera, a cada plano y a cada segundo no esconde en ningún momento el tremendo paternalismo que exhibe esa relación asímétrica en sí misma. Y esa es la cuestión. No le pegan,ni humillan, ni insultan, como mucho la regañan de vez en cuando, pero le tratan bien y la quieren. Como haría cualquier persona con un mínimo de empatía hacia su perro.

Sin embargo Cleo, ni millones de personas en su situación en todo el mundo, no es un perro...