Imagen y sonido cuidados con obsesión. Ritmo deliberadamente lento, tratando así de ayudarnos al recreo de la vista y el oído.

Lo que no tiene pase es esta moda que de un tiempo a esta parte se ha instalado en las películas y series españolas de hablar bajo, de susurrar en lugar de hablar o gritar. Porque eso es lo que ocurre en los dramas y en las fiestas; entre amantes y enemigos. Hablamos alto.

Pobre Lorca, su pasión gitana despachada 'sottovoce' por mor de una estética incomprensible o -pensando bien- por tratar de vender a mercados foráneos una mercancía edulcorada y sintética que nada tiene que ver con nuestra altisonante cultura.