Formidable película producida por los hermanos William y Robert Wyler, quienes basaron el film en un libro de la escritora norteamericana Jessamyn West.

Las costumbres e ideologías de los cuáqueros son el centro sobre el que gravita esta notable cinta familiar en la que las actuaciones (como siempre sucede en los títulos dirigidos por William Wyler) son de primer nivel.

Gary Cooper está fabuloso, resultando igual de eficiente cuando aporta humor en las escenas cómicas que cuando se muestra sereno en las situaciones dramáticas.
Dorothy McGuire sabe imprimir sensibilidad pero también firmeza a su papel de predicadora cuáquera.
Anthony Perkins, que estuvo nominado al Oscar por su trabajo en esta película, proporciona su consustancial fragilidad a un personaje con conflictos de conciencia, mientras que el pequeño Richard Eyer inicia el relato con su voz en off, demostrando a lo largo de la historia personalidad en diversos escenarios y en su interacción con diferentes personajes.

A reseñar la breve pero memorable participación secundaria de Marjorie Main como viuda con tres combativas hijas protagonizando uno de los grandes momentos de este estimable drama costumbrista donde conviven en plausible equilibrio lo cómico y lo dramático, ofertando una interesante discordia entre principios y actitudes en situaciones extremas.

Un Michael Wilson sin acreditar por estar incluido en aquel momento en la nefasta lista negra de McCarthy, fue candidato al Oscar por su gran trabajo como guionista en esta obra absolutamente recomendable.