Tras varios años trabajando en México y elevando la categoría del cine del país azteca con sus grandes obras, el exiliado Luis Buñuel volvía a su tierra natal invitado por el régimen franquista para rodar en España "Viridiana", una de sus mejores películas, una obra maestra donde el influjo de Galdós es más que evidente.

Como era de esperar, la Iglesia no aprobó su corrosivo golpe al catolicismo más inflexible ni su cáustica perspectiva a la hora de tratar el egoísmo y decadencia del ser humano en ambientes burgueses, y mucho menos transigió con la memorable escena de la burlesca recreación de "La Última Cena" de Da Vinci, acompañada de "El Mesías" de Haendel como fondo musical. Prodigioso. Momento imborrable en la historia del cine.

El caso es que la película fue calificada de blasfema y sacrílega por el Vaticano, hecho que motivó que la administración franquista prohibiera la cinta en nuestro país. Así que "Viridiana" tuvo que esperar nada menos que 16 años para por fin ser estrenada en España en 1977.

Buñuel escribe el guión de "Viridiana" a medias con Julio Alejandro (al igual que sucediera en la magistral "Nazarín"), un guión que traducido en imágenes da como resultado esta soberbia y explosiva bomba cinematográfica, una joya del séptimo arte repleta de simbologías morbosas, alegóricas, grandes dosis de macabro humor negro.....Es una película extraordinaria, inclasificable, transgresora, en la que hay lugar para el incesto, la necrofilia, el fetichismo, la lascivia....

Y es que sólo un genio irreverente e irrepetible como Buñuel con su admirable capacidad para la sugerencia, puede convertir una aparentemente inofensiva partida de cartas a tres bandas en un morboso y lujurioso "ménage à trois".