Muchos consideran a Marlon Brando como la gran figura de esta película, pero a pesar de su buena caracterización tanto a la hora de interpretación como del maquillaje, para mi es Al Pacino y su personaje de Michael Corleone el que se lleva mi atención. Si a alguien podemos llamar protagonista es sin duda a Michael, que no solo es importante cuando vuelve y asume el cargo de Don de la familia, sino que también se habla del tiempo que pasa exiliado en Sicilia como parte constituyente del personaje. El personaje de Michael comienza siendo un veterano de guerra que quiere involucrarse lo más mínimo en la familia, y de hecho se mantiene al margen hasta que ve en un periódico la noticia de la supuesta muerte de su padre. Es aquí cuando Michael comienza a cambiar acerca de su cercanía a la familia, asesinando a los causantes del ataque contra su padre. Se ve entonces forzado al exilio donde hace vida cotidiana y encuentra una mujer con la que se casa. Todo discurre normal hasta que es localizado por las familias de Nueva York y su mujer es asesinada con un coche bomba, lo que marca otro punto de inflexión en el personaje. Michael acaba buscando venganza por todo lo sufrido, lo que contraria con los deseos de su padre, que, en sus propias palabras, esperaba que nunca se viese involucrado en esa vida.

Sin embargo, que Michael reciba todo ese desarrollo no quiere decir que los demás se queden cortos. Solamente viendo la escena de la boda podemos establecer la personalidad de varios de los grandes personajes que veremos. Por ejemplo, Don Vito Corleone se posiciona como un líder con un poder lo suficientemente grande para cumplir los favores de los cercanos a la familia, pero a la vez que implacable es justo y tiene una serie de valores morales que no rompe. También tenemos a Tom, que no es un hombre de acción como su hermano Santino, que es todo furia, sino que sirve como consejero a la familia y mantiene la calma la mayor parte del tiempo excepto cuando sus ideales no chocan con los del ya mencionado hermano.

Y es increíble que, teniendo en cuenta lo anteriormente explicado del desarrollo de los personajes, uno de los puntos negativos de la película sea precisamente algo relacionado con los personajes. Esto se debe a que deja que la escena del bautizo, la más significativa de la película, la perpetren personajes no presentados o poco desarrollados (Willie Cicci, Al Neri y Rocco Lampone). Tampoco se menciona el destino del asesino de Apollonia, que en el libro muere en un coche bomba como venganza. Es complicado desarrollar a todos los personajes y adaptar todo de la novela de Mario Puzo, pero son aspectos que habría estado bien ver en la película.

Al final, El Padrino gira en torno a un solo tema: la venganza. La venganza no es solo lo que mueve la película, sino lo que da inicio a la trama. Un trato rechazado que conlleva un intento de asesinato de don Vito, lo que se devuelve con varias represalias por parte de la Familia Corleone, lo que acaba en una guerra de bandas que desencadena en la muerte del Santino y, cuando parece que se ha asentado la paz, finaliza con el asesinato de cuatro de los cinco cabezas de familia de Nueva York. Y todo este tema se hace de manera tan orgánica que solo puedes sentarte a ver que va a suceder lo siguiente.

En definitiva, la fama que precede a El Padrino es merecida, una película muy sólida con una duración extendida pero que no se hace pesada. Cada pocas escenas hay como mínimo un momento que se queda en la retina y que hace que al final de la película todo lo que te quede son buenas sensaciones. No es mi película favorita, pero es indudable la calidad que tiene este film.