Un sabor muy amargo deja esta ultima película de la accidentada saga Resident Evil, que tras tener un comienzo prometedor, y una muy superior secuela, derrapó feo con la tercera parte. En la cuarta parecía que iba a remontar el vuelo, pero después gran error: la quinta resultó ser una mierda de dos toneladas.
Ahora, director y actriz principal juraron, y recontrajuraron, que este sería el final de todo, y si realmente es así lo único que queda es lamentarse, porque no parece realmente un final, sino que solo otra parte más.
Carece de impacto y de heroísmo, no conduce a absolutamente nada, la trama hace como si lo dicho en la segunda y quinta película nunca hubiese pasado. El libreto solo está construido por mentiras, ninguno de los personajes nuevos tiene alguna gracia, y los que vuelven quedan con su dignidad totalmente destruida.
En el caso de Alice, ser más vieja no la hace más sabia, más bien lo contrario. Comparado con las otras películas actúa de forma imprudente y comete errores absurdos, cosa que no se entiende en absoluto. ¿Tan empeñado estaba el director en destruir la saga?
No, no, no. No acepto esto, de verdad me dejó muy triste esta película, lo único que hizo fue destrozar las esperanzas que tenía en ver un final digno para Alice y sus amigos. Hasta nunca.