Teniendo en cuenta que la he vuelto a ver después de mucho tiempo y que sabía (más o menos) lo que me iba a encontrar, admito que por un lado me sigue pareciendo una película entretenida, pero por otro no tanto como la recordaba. Y sí, durante mi niñez la vi en bastantes ocasiones porque me resultaba graciosa y divertida, lo cual tiene sentido, pues esta es una cinta que claramente está realizada para un público infantil. Se nota en su humor, que es contenido y no tiene absolutamente nada de gamberro. El guion es tan simple como efectivo, y por desgracia también peca de previsible. No obstante, al César lo que es del César (nunca mejor dicho). El vestuario es más que correcto, la música suma siempre que suena y es muy pegadiza, y las interpretaciones son acertadas. Los 2 protagonistas encarnados por los carismáticos y camaleónicos Christian Clavier y Gérard Depardieu están a la altura y nos ofrecen las mejores escenas del film. Hay química entre ambos y forman un dúo de lo más simpático y entrañable. Luego tenemos a Roberto Benigni en el papel de antagonista cómico y al imponente Gottfried John como el gran César. Sigue siendo un metraje entretenido, pero, como ya he señalado, ha perdido valor con el paso de los años debido a que la comedia que maneja es para los más pequeños. Aún así, me ha agradado volver a visionarlo después de tantos años.