Resaltando (como varios de los usuarios de esta página) que está a años luz de los mejores trabajos de su director, la cinta en cuestión presenta una trama que funciona desde el principio y que, sorprendentemente, mejora con el pasar de los minutos gracias, en buena medida, a la enorme química que se crea a bordo del Albatross, donde 13 chicos conviven entre ellos al mismo tiempo que aprenden los valores más importantes (formalidad, disciplina, responsabilidad, madurez, compromiso, etc...). Por ello, considero que este film enseña mucho a la hora de forjar la personalidad de cualquier joven que esté a punto de hacerse un hombre. Hablamos de saber vivir en convivencia con un gran espíritu de equipo, algo más complejo de lo que parece. El viaje marítimo deja momentos para el recuerdo como la escena entera de los delfines o la intensa parte de la tormenta que acapara el título del metraje. Los personajes están bien perfilados y correctamente desarrollados. Buena interpretación por parte de Jeff Bridges, que nunca me decepciona, y eso que aquí no hace uno de sus mejores papeles, pero siempre cumple. El resto también destaca con actuaciones entre buenas y convincentes, especialmente destacable es el trabajo de Ryan Phillippe. No obstante, opino que al visionado le falta un poco de drama, pues en ese sentido flojea de manera flagrante. Resulta evidente que no se trata de lo mejor que nos ha ofrecido Ridley Scott, quien ha realizado verdaderos clásicos de esta industria (Alien, Blade Runner, Gladiator, etc...). Sin embargo, Tormenta blanca es una producción bien trabajada y que relata de forma más o menos satisfactoria una historia real.