Estrenada a finales de 2004 en España, esta película fue vendida como el plato fuerte de la época navideña. Las críticas no fueron muy entusiastas con la cinta de Robert Zemeckis, y lo cierto es que con el paso del tiempo mucha gente la ha olvidado...y merecidamente. Hay filmes que cuando se estrenan no son bien recibidos, pero después de varios años la opinión general respecto a ellos cambia. Sin embargo, también existen los casos opuestos, como el que nos ocupa ahora mismo, aunque con matices, eso sí, porque, como ya dijimos, las reseñas no se mostraron muy conformes en su momento. No obstante, tampoco se puede decir que fueron devastadoras, ni mucho menos. A lo que quiero llegar es que resulta curioso como Polar Express ha terminado siendo una producción olvidada por muchos a pesar de estrenarse en su día por todo lo alto. Quizás tenga que ver la pésima animación que se ve en los rostros de los personajes humanos, muy deficiente en cuanto a rasgos faciales. Tanto es así que todos ellos parecen sacados de un juego de hace 20 años. Por lo demás, no hay objeción, pero tampoco nada que sea verdaderamente resaltable. El mensaje que el film pretende transmitir está muy claro desde el minuto 1, y pese a que es verdad de que se trata de algo que estamos hartos de escuchar cada Navidad (porque es así), nunca sobra en dichas fechas para mantener la ilusión y el espíritu por estas celebraciones.