No es de los filmes más reconocidos de la ciencia ficción, pero os aseguro que es de esos que hay que ver por lo menos una vez en la vida, porque verdaderamente merece y mucho la pena. Su visionado me ha impresionado durante toda su duración. No me esperaba gran cosa de esta obra del 2007, pues cuando salió tampoco generó mucho ruido. Las apariencias engañan, y esta peli es un ejemplo de ello. Para empezar diré que la historia es original, y ya sé que muchos opinan que está llena de tópicos del género, y la verdad es que no se equivocan. Tenemos a una tripulación que se dirige en su nave a través del espacio hacia el Sol para descargar sobre la estrella una bomba que la reactive. La misión no es otra que la de salvar a la humanidad de una segura extinción que se producirá cuando el Sol se apague. Como siempre el guion depara una serie de contratiempos que complicará la difícil tarea que deben llevar a cabo los tripulantes, de los cuales pocos lograrán salir con vida. Los planos que la cinta presenta son magníficos, hechos con unos efectos especiales realísimos. El montaje de los escenarios es tremendo, tanto el que podemos apreciar en los interiores y exteriores de la nave como el que nos hace ver el oscuro vacío del espacio. Visualmente el film es la hostia, pero también lo es en otros aspectos como la ambientación, la cual genera pánico, la típica claustrofobia y aislamiento. Los personajes están medianamente bien definidos, aunque algunos no cuentan con mucho desarrollo. Del reparto mis predilectos son Chris Evans, Cillian Murphy y Rose Byrne. También podría meter a Michelle Yeoh, pero solo tiene una secuencia destacable. Algunas situaciones de lo realmente crudas que son nos hacen ponernos en el pellejo de los astronautas. Yo personalmente he sufrido como si fuera uno de ellos. El final tira mucho hacia el terror, lo que me ha recordado en parte a Horizonte Final. Sin lugar a dudas esta es una gran cinta espacial que es digna de verse en una pantalla grande. Un regalo para los amantes de la ciencia ficción.