Al hablar de esta película no puedo ser objetiva, ya que lo hago desde el corazón, puesto que es mi largometraje favorito. Una no se cansa de ver una y otra vez esta maravillosa historia que mezcla tan bien los asuntos terrenales con los angelicales, con un James Stewart tan cercano que podría ser cualquier familiar, una Donna Reed encantadora, con un comienzo, durante y final brillantes. Todo, absolutamente todo, merece la pena en esta gran obra de un gran director llamado Frank Capra, empeñado en enseñarnos lo bueno que tiene la vida. Hasta el póster me fascina.