Scream marcó una generación de historietas sencillas de asesinatos y asesinos pintorescos que acechaban a jóvenes inmaduros. Llevamos más de diez años desde que esa moda empezó y yo creo que tardará en acabar. De cualquier manera, la mejor de todas esas películas de sustos, sangre y cuchillos es Scream. No es nada del otro mundo, ni una joya, pero se disfruta.

En el fondo la película también tiene sus puntitos cómicos. Lo bueno, es que la película se ríe de sí misma con esos chistes cinéfilos que destapan todos los tópicos de peliculas de terror. No puedes por menos de reírte al ver que esos jóvenes se ríen y parodian todo lo que están viviendo. Pero seamos un poco serios, la película da más tensión que risa. Digo tensión, porque cuando yo la ví no hubo ningún susto que me hiciera estremecer, pero si las situaciones tan claustrofóbicas que nos plantean.

Los actores todos jóvenes, actúan bastante bien ciñéndonos a las expectativas. Destacaría (como siempre suele suceder) a Corteney Cox, ya que no puedo resistir hacer un comentario de ella, aunque sepan que nunca seré del todo objetivo (excepto en su papel en Ace Ventura). El pequeño papel que realiza Drew Barrymore me parece acertado, así como la buena actuación de David Arquette. Por último decir que GhostFace (el nombre que le pusieron los fans al asesino) me parecer el asesino más molón y fotogénico que he tenido la delicia de ver.

Buena, aunque para los empedernidos del cine de terror clásico les parezca una mierda: 6.7