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España España · palma
Voto de janto:
8
Ciencia ficción. Drama Futuro, año 2000. En la megalópolis de Metrópolis la sociedad se divide en dos clases, los ricos que tienen el poder y los medios de producción, rodeados de lujos, espacios amplios y jardines, y los obreros, condenados a vivir en condiciones dramáticas recluidos en un gueto subterráneo, donde se encuentra el corazón industrial de la ciudad. Un día Freder (Alfred Abel), el hijo del todopoderoso Joh Fredersen (Gustav Frohlich), el hombre ... [+]
5 de septiembre de 2009
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Metrópolis" fue dirigida por Fritz Lang en 1927, época convulsa de entreguerras, donde la penuria económica , la violencia callejera y el auge de los fascismos muestran sus colmillos. La U.F.A. era, por aquel entonces, la gran productora del país, y Lang, uno de sus más punteros directores.
Junto a su esposa Thea von Harbou, co-autora de los guiones de "Las tres luces", "Mabuse" y "Los nibelungos", Fritz Lang escribió la historia de "Metrópolis" a partir de la novela ( de idéntico título) de su propia esposa. Se pretendió que esta película tuviera un mensaje explícito sobre las relaciones conflictivas entre el gran capital y los trabajadores. Superproducción para el momento de su rodaje, la construcción de unos enormes decorados futuristas y el uso vanguardista de los efectos especiales sirven de telón de fondo de una acción interesantísima, pero, a la postre, ingenua en su desenlace.
Cuenta "Metrópolis" cómo el hijo del poderoso dueño de la ciudad, Freder, descubre la miseria y el sufrimiento que se ocultan en los laberínticos subterráneos de "Metrópolis" gracias a María, una joven con la que tropieza por casualidad a las puertas de "Los jardines eternos", nombre que recibe el lugar donde vive la élite gobernante. Hasta aquí, el guión sigue sorprendentemente la historia del príncipe Sidharta, que también se topa con una pobreza que desconocía, mientras vivía en la dorada ciudad de su padre. En los barrios de este nuevo mundo bajo tierra, donde residen los trabajadores, esclavos obligados a manejar las ciclópeas máquinas que dan a "Metrópolis" su riqueza y esplendor, Freder descubre cómo María apacigua las ansias revolucionarias de los trabajadores con la esperanza de la redención a manos del "Cristo olvidado". La religión, como suele ser habitual, como el opio del pueblo, frena la indignación y busca el sometimiento voluntario de los parias de la tierra. Pero Freder se lo cuenta a su padre y éste ordena a su más eminente científico, Rotwag, que construya un robot hembra, hecho a imágen y semejanza de la auténtica María, para controlar para siempre su mano de obra. Rotwag secuestra a la chica, pero sus intenciones son muy otras. su plan es utilizar al androide para hacerse con el poder y tomar el puesto de su amo. La falsa María enloquece y trae la revolución. Las máquinas dejan de funcionar y las zonas subterráneas quedan inundadas. La verdadera María y Freder salvan a los hijos de los pobres y éstos, al comprender que han sido manipulados... ¡queman al robot!. Rotwag se vuelve loco y Freder y María se casan, enlazando metafóricamente trabajo y capital grácias al amor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
janto
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