Igual la lentitud del ritmo se debe a la obsesión del protagonista con las historias de samurais, y está rodada al estilo pausadísimo del cine nipón (creo yo).
Por otro lado, la extrañísima amistad con el tipo que sólo habla francés, eso de que todos los mafiosos sean adictos a los dibujos animados, que una serie de asesinatos en palomares no alerte a la policía, y que a un asesino tan preparadísimo haya de salvarle de una paliza un tipo que pasaba por ahí, son demasiadas rarezas como para que uno llegue a creerse lo que está viendo.