Menudo golazo a la censura que se marcaron entre Berlanga, Mihura y Bardem, hacer comedia de la España de los años 50, de la pobreza, de la miseria, de la ignorancia del pueblo, de la ineptitud de sus dirigentes, retratar todo lo que el franquismo era y quería ocultar y hacerlo de una manera divertida, es para quitarse el sombrero.
Escenas para el recuerdo con unos espectaculares Pepe Isbert y Manolo Morán y una canción de lo mejor y más absurdo que ha parido el cine español, todo ello forma parte de la cultura popular por méritos propios, sin duda de lo mejor que se hizo en su época. Una de las pocas películas de Cine de barrio que se pueden ver sin sentir vergüenza ajena, uno de los pocos oasis dentro del desierto cinematográfico de talento que representó el franquismo.