Un despropósito total que arranca de forma prometedora y acaba siendo una decepción más, pues se trata de un filme que se nos presenta a medio camino entre cine de serie B y autoparodia. Con un guion muy pobre y lleno de incoherencias, son muchos los efectos especiales innecesarios que poco o nada aportan a la historia que se nos cuenta en el desarrollo de la película, una historia que, lejos de lo que algunos pueden pensar, da de sí muchísimo más que una simple exhibición de golpizas y de asesinatos paroxísticamente sangrientos. Salvo por la introducción de un protagonista desconocido para los amantes del videojuego, esta cinta no ofrece nada novedoso y manipula al "espectador no entendido" en favor de uno de los personajes más icónicos del universo Mortal Kombat en detrimento de otro no menos adorado por los fans. Entretiene, eso sí, pues el ritmo es acelerado y casi nada se hace esperar, y acaso eso sea, junto con la atinada elección de los actores en lo que respecta al aspecto físico de los personajes que interpretan, su único atractivo. Muy lejos está de la calidad que caracterizó a aquella miniserie de YouTube llamada Mortal Kombat Legacy y de algunas adaptaciones animadas que los nostálgicos reconocen fácilmente como productos de gran valor por su fidelidad al argumento del célebre videojuego. La película propone el comienzo de una nueva saga que anima a los que buscan solo el espectáculo y preocupa en demasía a quienes sienten interés por la historia.