Simpática del coronel surfero; impasible ante los morteros mientras disfruta viendo como rompen las olas a dos bandas.
Infantil del marinero; donde fueres haz lo que vieres. Que lo mismo adopta un cachorro que viste un taparrabos.
Servicial y sectaria del fotógrafo; obnubilado por la personalidad del que créese Dios.
Y divina la de Kuntz que, creyéndose Dios, actúa y es venerado como tal; decidiendo quien vive y quien deja de morir a su libre albedrío.
Marlon Brando llena, literalmente, la pantalla; sin que su figura sea vista completamente en ningún momento, siempre jugando con las sombras y contraluces para hacer aún más impresionante su actuación.
El vuelo de los helicópteros al son de las Walkirias de Wagner produce realmente el efcto que quería lograr Robert Duvall sobre los campesinoas: Pánico.
A destacar como curiosidad el pequeño papel de un joven y delgadísimo Harrison Ford con pinta de ratón de biblioteca tras unas gafas de "empollón".