Modesta producción del género bélico, ambientada en las postrimerías de la WWII. De guión simple, narra la misión -contra las cuerdas- de un comando americano que se infiltra tras las filas enemigas, colaborando tanto con la resistencia polaca como con otro comando, de nacionalidad soviética. La película tiene los ecos de otros filmes sobre comandos y misiones difíciles, como "Doce del Patíbulo" o "Aquel maldito tren blindado", pero ni un ápice de humor negro o socarronería, limitándose a enfrentamientos dialécticos entre estadounidenses, ingleses y soviéticos. Plagada de tópicos, no obstante tiene un diseño de producción apañado, usando instalaciones abandonadas, exteriores boscosos, trenes de vapor y, de manera muy inteligente, efectos infográficos, a veces cutres - como el avión del final- y otras muy convincentes- como las explosiones en el puerto.

Es graciosa esa fraternidad entre el polaco encarnado por Rutger Hauer y los rusos, es de suponer que debía ignorar la matanza perpetrada por los soviéticos en Katyn, donde exterminaron a 22.000 oficiales polacos prisioneros; también es graciosa la colaboración de la chica de origen alemán, se supone que prusiana, con los soviéticos, tras la guerra sería expulsada de Prusia- hoy ya no existe como tal- junto a todos sus habitantes, al igual que todos los germano-parlantes de la zona de influencia soviética. En fin, viva la fraternidad que muestra el filme.

Film correcto, de aventuras bélicas, que se deja ver. No hay estridencias ni es un bodrio de la productora "The Asylum". Se deja ver, lo cual ya es mucho.