Película fallida que no sabe explotar su original propuesta, cayendo en otra película más de asesinos a sueldo y justicieros talluditos, como "El ecualizador" o la trilogía de "Venganza". La originalidad de este filme es mostrarnos a un asesino a sueldo como un trabajador más, como si fuese el técnico del gas, que va a un domicilio, efectúa su trabajo, de manera profesional y sigue con su vida. La curiosa relación que establece con una testigo accidental, tras un "accidente laboral", resulta fundamental en esta originalidad, incluso cuando la protagonista, en broma, le dice que mataría a su madre para que no sufriera, éste se muestra solícito a realizar tal labor, aunque no se lo hayan pedido.

Ya ha habido filmes de amistad entre asesinos y personas normales, como ".Falsas apariencias"(1999), "Aquí un amigo"(1981) o la más reciente "Matador"(2005) , pero la gracia de Asher es la relación romántica y la dificultad de abstraer su trabajo, para el asesino, de dicha relación, aunque lo intenta.

Sin embargo, el filme cae en la mediocridad y el tópico más absoluto cuando deviene en un rutinario thriller del montón, de acción cutre con conspiraciones de por medio y demasiado caseras. Quizás ese giro era necesario, pero la primera parte del filme podía haberse desarrollado mucho más.

Las interpretaciones de la pareja protagonista son convincentes - hay química - pero tampoco hay personajes secundarios de peso - no hay amiga íntima por parte de ella o amigotes por parte de él (quizás su profesión se lo impide) y lastra algo el filme.

No obstante, es un filme que puede verse, aunque deja la sensación que podría haber sido más redondo.