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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
9
Documental ¿Qué tendrá la Cannon para inspirar no uno, sino dos documentales? La respuesta es fácil: cinefilia sin complejos, descaro y dos grandes cerebros, Menahem Golam y Yoram Globus. Si The Go-Go Boys se centra en la tormentosa relación entre los dos primos, Electric Boogaloo analiza las demenciales estrategias publicitarias con que la productora sacudió los cimientos de Hollywood. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A medio camino entre el homenaje y la burla, Electric bogaloo nos cuenta en modo de documental de entrevistas con apoyo de imágenes el auge y caida de la productora Cannon y de los Go-Go boys aka Menahem Golam y Yoram Globus.

Para quien tiene unos años, como es mi caso, y vivió los 80 en su adolescencia y juventud, Cannon Films es una compañia omnipresente por sus producciones, generalmente de escasa calidad pero tremendamente divertidas. Recordar qué filmes, bodrios o no, habían producido, resulta un ejercicio de nostalgia.

Me acuerdo del programa Aplauso y como, en su apartado de bandas sonoras, no promocionaban películas como "Polo de limón" o "La manzana". Ese fue mi primer contacto con la Cannon. Afortunadamente no ví esos filmes. Productores de las películas de Dudikoff, del último y deprimente Bronson, de un Chuck Norris que aparcó sus filmes de karateca para transformarse en un Rambo de segunda (Braddock en la trilogía de Desaparecido en Combate), De la Superman IV, más próxima a una imitación italiana que a la de Donner, de las de Ricard Chamberlain como Allan Quatermain, de los filmes de Tobe Hooper con mayor presupuesto como "Lifeforce" una especie de Quatermass con chicas desnudas, de las peores de Stallone (Yo el halcón y Cobra) pero también productores de "El tren del infierno", un clásico donde los haya.

Curiosos personajes, que llegaron a Hollywood sin ser invitados y que nunca fueron considerados como propios, sino como unos invasores de un mundo de falso glamour y apariencias. ¡Aunque verlos en chándal con su logo en Cannes es bizarro a tope!. En algunos aspectos, pioneros en cuestiones de producción ¡vendían las películas con solo un póster!.

Buen documental. Plagado de anécdotas del mundillo del cine. Altamente recomendable.

P.D. Me hubiese "encantado" ver la película que anunciaban con un póster y que no produjeron: El Golem, con Charles Bronson.
Quinto Sertorio
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