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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
8
Drama La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de afrontar el mayor reto de su carrera profesional: grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. Pero su vida personal y sus decisiones van a ir interfiriendo en su carrera musical con consecuencias imprevisibles. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2023
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña película. Nada convencional. No narra una historia lineal al uso. Vivimos lo que vive la protagonista, sus miedos, sus sensaciones, formamos parte de su ser. Literalmente, estamos dentro de ella. Así que no veremos más de lo que ella ve. No existirán planos o secuencias en los que ella no esté presente. No hay escenas entre secundarios. Casi parece que los espectadores formamos parte de un ficticio equipo de rodaje de un documental. Dejaremos de ver secundarios y no sabremos que ha sido de ellos. Cuando asiste a reuniones, dependerá del director si las vemos o no. Hay que estar muy pendiente de las secuencias para seguir el hilo de la historia. También es cierto que el ritmo del filme es muy particular, deteniéndose en interesantes diálogos sobre temas musicales, para luego ofrecernos un final que quizás parece precipitado. Tan precipitado como una situación real que no puedes controlar.

Al ser una película construida alrededor de una protagonista omnipresente, el riesgo de Cate Blanchett es mayúsculo. Y su interpretación es prodigiosa. Parece que ella sea, realmente, directora de orquesta. Mimetiza a su personaje. Lo engulle como la ballena a Jonás. Es principio y fin.

En cuanto a la historia, ha hecho pupa a más de un censor ideológico woke de hoy en día. Ella es el prototipo de heroína que tanto nos hacer tragar con un embudo. Mujer empoderada, intelectual, lesbiana, de orígenes humildes, que se impone a los hombres por su talento. Y sin embargo... tiene lo que tiene. La película también trata sobre la cancelación. Sobre separar al artista de su obra, aunque un director de orquesta, en sí, no es un artista creador, sino que interpreta las creaciones de otros. Asistiremos al combate dialéctico entre ella y un alumno woke cargado de prejuicios estúpidos, un auténtico memo de los que hoy en día pululan tanto en redes sociales y televisión. El estudiante quiere cancelar a Bach y, por ende, a toda su obra. El director del filme se arriesga en ridiculizar a alguien de por sí, ridículo. Eso no ha gustado en determinados sectores intelectuales.

Dicen que es una película para festivales. De esas que no se va al cine a verlas. No sé. Pienso que está en la línea de la plomiza "Drive my car", en cuanto a intelectualismo gafapástico. Pero a diferencia de la japonesa, aquí hay algo más que morder. Y se agradece.
Quinto Sertorio
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