Los podemos llamar filmes descerebrados, para apagar el cerebro o palomeros a aquellos los cuales poseen el único propósito de entretener y generar un par de risas durante al menos una hora y media. Aunque "The Heartbreak kid" tiene esas características y objetivos compartidos, sus salidas de la fórmula no son precisamente un acierto al blanco.

La película es muy extensa para lo que cuenta, muy prolija para ser de los Farrelly y muy artificial como para tener personajes que, aunque sea, obren de manera consecuente con respecto a sus actos. Entendemos que este es un filme típico de esa comedia descocada y sexual propia de los directores, sin embargo, lo que ocurre es que los personajes de esta cinta son repelentes y sus acciones no se guían por ninguna de las naturalezas que les concedieron a estos personajes.

Edward (Ben Stiller), es un hombre adulto que es dueño de una tienda de deportes, vive solo, tiene una buena relación con su padre y un amigo cercano, sin embargo, en vez de disfrutar de los beneficios de su soltería y divertirse, está frustrado porque, claro, tiene que encontrar a su media naranja inmediatamente. ¡Es una humillación ser soltero, pues puedes seguir gay y sentarte en la mesa de los raritos en una boda!

Eddie conoce a Lila y, pensando que ya no debe dejar ir ninguna oportunidad, decide casarse con ella. Hasta aquí todo es de manual copiando letra a letra a la película original, el primer problema es que para llegar a la luna de miel, donde empezaría el punto de giro central de la película, se tardan 40 minutos. Esto no solo quita dinamismo, sino que también representa la parte más endeble de la película.

El chiste es que Eddie se da cuenta al instante de que se casa con la mujer equivocada, descubre que es una relación incompatible, pero lo irónico es que el aguante le dura cinco minutos. Entendemos que esta cinta está hecho bajo los códigos de las comedias de enredos, pero es demasiado oportuno que Lila ni se moleste en buscar a su marido.

El personaje de Malin Akerman es producto de la prefabricación irreal, ni siquiera como histrión irritante podemos creerle. Lo que escribieron para ella se nota a la distancia y su presencia en la película y las decisiones que toma son un baraja descartable de estupideces.

Michelle Monaghan es agradable, suave y sosa al gusto, además de que oportunamente se encuentra a Eddie durante toda su estancia. Lo que diferencia a Monaghan en este papel de media naranja es que, tan siquiera, está disfrutando lo que hace, se la ve divertirse en cierto modo y su tendencia a hacer tonterías es mucho menor a la resto de los personajes.

Jerry Stiller haciendo de viejo verde es otro intento que se estrella a los cinco minutos. Se ve que, por ahora, Alan Arkin es el único que es capaz de componer a este tipo de personaje longevo en una familia con éxito. No da gracia y puede llegar a ser hasta incluso peor que el personaje de Robert de Niro en "Dirty Grandpa". Hay un par de gags risibles en este filme, no obstante, ninguno involucra a Mr. Stiller.

El hecho de que "The heartbreak Kid" pretende insinuar que un matrimonio se basa en la condescendencia total es un absurdo y más teniendo en cuenta que ninguno de los personajes tiene respeto por sí mismo. No solo es inverosímil la convivencia entre estos personajes ridículos, sino que cada cosa que dicen o hacen es tan inorgánica como abyecta; todos son unos egoístas desproporcionados.

Poniéndolo en perspectiva, es un hecho de que ninguno de los cinco guionistas quería hacer una película que recomendara alguna de las actitudes de los personajes, pero la empatía automática de la audiencia puede ser peligrosa. Evitando moralismos y sermones, "The heartbreak kid" sigue siendo un sinsentido banal y opiáceo, cuya toxicidad inevitable es solo la gota que derrama el vaso. Es hasta gracioso como los guiones de Hollywood son tan obedientes con la regla que, hasta cuando la intentan renovar, no les sale.

Daré un ejemplo con "RV" con Robin Williams, una comedia desastrosamente mala, de mal gusto, poco lógica y en la que la familia debería hacerse tratar con un psicólogo para dialogar como gente civilizada, pero, claro, como está en código de comedia tonta, todo vale, incluso forzar cosas que jamás ocurrirían ni en la realidad y parece que muchísimo menos en la ficción que los propios guionistas crearon. Al igual que "RV", este filme podría ser visto hasta como un thriller psicológico, si es que uno tiene ganas de empezar a ser rebuscado un rato.