Con 20 minutos menos, "Las brujas de Zugarramurdi" hubiese sido una película notable. Porque durante la mayor parte del metraje nos devuelve a aquel Alex de la Iglesia capaz de mezclar humor esperpéntico, terror, crítica social, suspense y hasta algo de acción como si fuese fácil. La primera media hora es muy buena, ágil, ácida, intrigante...luego aparecen altibajos de ritmo, momentos muy atinados que se alternan con otros menos conseguidos...y en los últimos 20 minutos todo se viene abajo estrepitosamente, como si el equipo se hubiese quedado sin ideas y hubiese decidido acabar la película de cualquier manera. Lástima.

El aspecto técnico, como casi siempre, está bastante bien, buena puesta en escena, buena fotografía, buena ambientación...El reparto, pues irregular, con unas veteranas (la Maura y la Pávez) que se comen vivos a unos actores más jóvenes que vienen de la televisión y se les nota. Caso aparte el de dos personas que sencillamente no tienen talento para la interpretación, por más que intenten parecer actores: hablo de la despampanante Carolina Bang y del ínclito y por aquel entonces omnipresente Carlos Areces. Ella es tan guapa como inexpresiva, él resulta cargante haga lo que haga. A ella comprendo que quisiese el amigo Alex lucirla en sus películas para que le creyesen cuando dijera que se la había ligado. Lo del Areces me lo tendrían que explicar, porque escapa a mi comprensión.

En fin, una pena.