En la Irlanda del siglo XX hubo órdenes de religiosas dedicadas a "recuperar" a jovenzuelas "descarriadas" a través del trabajo esclavo, la tortura psicológica y los malos tratos físicos en conventos convertidas en auténticos infiernos en la tierra para las infortunadas muchachas que iban a parar allí. En España, también, pero en Irlanda han hablado más del tema. Han hecho hasta películas sobre ello. Esta en concreto. Que no solo narra unos hechos tan terribles que es necesario contarlos, sino que además lo hace de forma cinematográficamente solvente: puesta en escena sobria y eficaz, interpretaciones creíbles, guión sólido, ritmo ágil, buenos diálogos, ambientación cuidada, y un esfuerzo casi siempre fructífero por no caer en el histrionismo.

Para ponerla en las escuelas. En las de monjas, también. Sobre todo en las de monjas.