José Ramón Larraz era uno de estos artesanos polivalentes de la serie B: tan pronto te hacía una de vampiras salidas como una peli de Los Morancos o una comedia al estilo Pajares y Esteso. Y si se terciaba una de fantasmas y espíritus varios, pues también te la hacía. Sin problema. Otra cosa es que el resultado fuese una película soporífera con menos nervio que una patata hervida y menos gracia que un chiste de Arévalo, como es el caso. Terror lo que se dice terror, no hay. Historia que contar, pues tampoco mucha. Suspense, poco. Capacidad para sorprender o impactar, ninguna. Básicamente hay unos personajes absurdos haciendo el chorras de un lado a otro de una casa supuestamente encantada sin que pase prácticamente nada hasta unos últimos minutos bastante sosos y bastante ramplones. Por ahí pululan sin pena ni gloria dos clásicos de la serie B europea en general y española en particular como Patty Shepard y Jack Taylor. Tendrían que comer, las criaturas.

En fin, que lo mejor es el título. Ya sabéis: "Descanse en piezas". En piezas. En vez de en paz. Como si fuera descanse en paz, solo que, en piezas. ¿Eh? ¿Lo pilláis? ¿Qué? ¿No os ha hecho gracia? Pues ved la película si encontráis dónde, ya veréis qué descojono...