A la altura de "Malditos Bastardos", "Django desencadenado" vuelve al mejor Tarantino de estos últimos años. El estilo continúa, y en este caso el estilo es lo que hace que amantes del director sigamos acudiendo al cine cada vez que este decide premiarnos con un film nuevo, que a mi manera de ver debería de ser más a menudo.

"Django" recoge las mejores cualidades de Tarantino, el arranque te atrapa de una manera increíble, los diálogos y la interpretación de Waltz se vuelven magistrales con el paso de los minutos, y aunque Foxx se ve eclipsado en bastantes ocasiones lo resuelve de manera sencilla en la última media hora. Volvemos a la sangre que recuerda a Kill Bill y que va siempre acompañada de una BSO maravillosa y que probablemente pasará a ser de las que más recordare. Seguimos y encontramos al mejor Leonardo Dicaprio con un papel de malo ostentoso y exagerado, lo borda. Y por si no fuera suficiente con esto aparece Samuel L.Jackson para darle una nueva chispa a la película, además en el momento en el que más la necesita.

La sucesión de los hechos es sencilla, la historia es sencilla y aun así logra tratar de una manera casi heroica el tema principal, la esclavitud. Esta es sin duda la verdadera cualidad de Quentin, convertir una historia que a priori parece complicada en lo más sencillo del mundo, y que fácil lo hace!

Ha sido un placer volver a disfrutar de Tarantino, desde el momento en el que supe que estrenaba película no pude evitar emocionarme. Que el director de "Pulp Fiction", mi película favorita, siga en este mundo para traernos un poco más de él, de su estilo y sus ganas de seguir sorprendiendo es todo un regalo. Gracias Quentin!

Oscar a Waltz ya!