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Madagascar Madagascar · París, Texas
Voto de Hanshiro Tsugumo:
8
Acción. Bélico. Thriller Estando de maniobras, un grupo de la Guardia Nacional provoca un sangriento incidente en los pantanos de Louisiana. A continuación los miembros del pelotón van siendo exterminados por los violentos cajuns de la región... (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda una de las mejores películas de Walter Hill. No muy conocida. En cuanto supe de su existencia y vi la sinopsis y quienes estaban involucrados, me pareció que iba a ser algo digno de ver. Recuerda irremediablemente a “Deliverance” de Boorman, complementándola y funcionando casi como secuela (para que luego digan que segundas partes nunca fueron buenas, aunque no lo sean oficialmente pero sí espiritualmente).

La mano del especialista en cine de acción Walter Hill se nota, la banda sonora se nota, las localizaciones en esos pantanos claustrofóbicos se nota, el reparto también se nota, aunque no sea del gusto de todos, pero yo no lo habría escogido mejor, con Keith Carradine, Powers Boothe, Fred Ward y Peter Coyote, nada menos. El guión es genial. Los personajes son bastante creíbles, sin que existan verdaderamente “buenos“ ni “malos”. Consigue mantener la tensión durante casi todo el metraje, siendo necesario ser un tipo muy duro para atreverse a pestañear o echar una cabezada.

En un escenario que, aunque natural, transmite una sensación de desorientación, aturdimiento, miedo, peligro y oscuridad, se librará una batalla entre una patrulla de la Guardia Nacional de Louisiana y unos cazadores Cajuns. El hecho de invadir territorio ajeno, coger lo que no les pertenece y gastar bromas pesadas a los lugareños, desencadena una persecución por los pantanos entre cazadores y cazados. Una réplica a pequeña escala de Vietnam, donde los soldados no saben ni quién ni por dónde les golpean, por un grupo de cazadores sin rostro ni sombra, conocedores del terreno, que irán eliminando a los invasores uno por uno. El propio pelotón tiene sus batallas internas, sin líder, sin saber qué rumbo tomar y qué se supone que hay que hacer en una guerra, en un campo de batalla con múltiples peligros, desconocido, y ante un enemigo del que no saben ni siquiera el número. Recuerda también, por este motivo, a “Depredador”, aunque en este caso no hay lugar para la ciencia-ficción, sino una visión crítica de lo que supone buscar un enfrentamiento contra quien se defiende con uñas y dientes en su propia casa, y de la inconsciencia a todos los niveles de quienes irrumpen en hábitat ajeno, desconociendo el qué, el cómo, el porqué, el quién y el para qué.
Hanshiro Tsugumo
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