Contrario a muchas otras opiniones, me parece una de las mejores películas de Hitchcock. Cuando todo el mundo conoce una película y te puede decir escenas míticas, hayan o no visto realmente la película, es que es una verdadera joya cinematográfica. Está claro que los efectos especiales, hoy en día, no engañan a nadie, pero haciendo un esfuerzo por contextualizar para su época sí que son buenos. Una de las obras más misteriosas y desconcertantes del séptimo arte.

En ningún momento se explica el porqué del comportamiento de los pájaros, ni realista ni fantástico, simplemente sucede. Los pájaros, al igual que muchos otros animales, son utilizados por los humanos para su propio beneficio, al margen de la cadena alimentaria, para otros fines que solo nos caracterizan a nosotros, como simplemente regalarlos como parte del cortejo para poder acercarse a alguien o ganarse su confianza. Simple mercancía como cualquier objeto material sin vida propia. Y para ello las criaturas tienen que permanecer el resto de sus vidas enjauladas. Los pájaros cambiarán los roles y serán ellos los que encierren a los humanos en sus propias jaulas, admirándolos desde fuera y desatando su violencia sobre, hasta ese momento, sus verdugos. Los dos “love birds” que compra la protagonista para regalarlos parecen tener algo de inquietante y un halo de misterio, que puede o no ser realmente así, pero que suponen el punto de partida de la invasión. Todo ello se desarrolla de manera que no decae el suspense, sino más bien va in crescendo a lo largo del film hasta su ambiguo final, del que fue suprimida una parte, pero que se deja adivinar.