Inclasificable, perturbadora y demencial película que, realmente, se codea más con el aspecto psicológico que con el gore y lo escatológico. De hecho no sale ni un triste zurullo en ningún momento. Las vendas que unen a los tres desgraciados protagonistas son el símbolo de que no se va a mostrar más de lo estrictamente necesario.

Con un evidente bajo presupuesto y un corto aunque correcto reparto (a destacar un inquietante Dieter Laser), a Tom Six se le va la pinza pero la lleva sujeta con un cordelito para que no se le vaya más lejos de lo que desearía. Quizás una crítica social. No me parece casualidad que el “líder” sea el hombre y las mujeres le recojan las cagadas, literalmente. Puede que una crítica a la sociedad de consumo (está claro lo que consumen). Sea como sea, una fábula biológicamente imposible donde el primero come comida, el siguiente come mierda y el último come lo que científicamente se conoce como una puta mierda. ¿Y qué será del agua? Apenas pasará del primero.

Los fallos son evidentes y numerosos, y el comportamiento de los personajes es estúpido en líneas generales. Pero es de esas películas que, por su bizarrismo extremo, se convierten en obras de culto sin dejar lugar a dudas. Es lo mismo de siempre pero diferente, es repugnante sin mostrar nada, es una paranoia con mensaje. Es la típica película que se ama o se odia, dirían algunos, pero a mí me ha provocado sentimientos enfrentados de amor-odio. Además hay que resaltar que tiene uno de los mejores finales que recuerde recientemente, y también de los más desasosegantes.

Merece la pena la valentía de animarse a verla, aunque no se la recomendaría a nadie, así que yo no he dicho nada (guiño guiño).