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España España · Santa Coloma de Gramenet
Voto de CC Buxter:
5
Comedia Bud Johnson (Kevin Costner) es un apático y juerguista cuarentón. Lo más valioso de su mediocre vida es su brillante hija Molly (Madeline Carroll) que, con sólo doce años, introducirá, sin querer, a su padre en la vida política. (FILMAFFINITY)
1 de diciembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El último voto" se presenta como una ácida crítica al panorama político estadounidense: a los partidos políticos, a los medios de comunicación y al electorado. Kevin Costner es Bud, un paleto que no es capaz de conservar su empleo ni de cuidar de su hija de doce años, Molly; lo único que le interesa es la cerveza, porque lo que es la política… ni siquiera está inscrito en el censo electoral. Bueno, al menos hasta ahora, cuando Molly (una experta falsificadora de su firma) le ha inscrito para poder hacer un trabajo sobre las inminentes elecciones presidenciales en EE.UU. Pese a los ruegos de su hija, Bud no acude a votar, y ella, entre idealista y rabiosa, decide votar por él a hurtadillas; pero un error informático hace que ese voto no se emita válidamente…

A partir de ese momento, la vida de Bud cambia por completo. La presidencia estadounidense se decidirá por el resultado del condado en el que vive Bud, y la “casualidad” quiere que haya un empate; puesto que el voto de Bud no fue computado, la ley le permite volver a votar, por lo que, en la práctica, él es quien va a elegir al futuro presidente. El principio “un hombre, un voto” llevado a sus últimas consecuencias. El espectáculo está garantizado: los medios de comunicación de todo el mundo se aglomeran ante la casa de Bud, al más puro estilo paparazzi, y los candidatos presidenciales (junto con su equipo de asesores) se trasladan a su pueblo para intentar obtener su voto, dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguirlo…

No hay que ser un lince para descifrar los símbolos de esta película. Bud es un tipo normal y corriente, con una vida que hace aguas, totalmente indiferente al sistema político de su país; sufre las consecuencias prácticas de la política, pero no cree que pueda llegar a solucionarlas mediante el voto. Su hija Molly, por el contrario, es una idealista que cree en la política de verdad y que resume a la perfección la historia de la humanidad: los pueblos pasan de la esclavitud a la libertad; de la libertad a la abundancia; de la abundancia a la complacencia; y de la complacencia a la esclavitud. Los medios de comunicación, ejemplificados en la talentosa Kate, anteponen el espectáculo, la audiencia y la fama a su ética profesional, cediendo ante el todo vale. Y los políticos, ¡ay, los políticos! Su objetivo es conseguir el voto de Bud, y si para eso hay que renegar de los principios, pues se hace. Los republicanos se declaran favorables a los matrimonios gays (a Bud le importa un pimiento lo que dos hombres hagan en su casa), y los demócratas, por su parte, se posicionan frente al aborto porque Bud dice que es pro-vida (cuando lo que él quiere decir es que le gusta estar vivo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
CC Buxter
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