Es indiscutible que Iron Fist es el patito feo de la hasta ahora exitosa línea de colaboración Netflix/Marvel y que aunque tampoco es el truño que (casi) todo el mundo dice algo falla en esta serie.

Los problemas son varios, empezando por un protagonista absolutamente carente de carisma y acabando por un guión que carece de concreción y se pierde en infinitas vueltas sobre si mismo. Para que una serie triunfe tiene que dejar claras varias cosas. Aunque tarde un par de episodios tiene que definir qué quiere el protagonista, cuáles son sus adversarios y sus motivaciones y saber manejar los tiempos de forma que provoque la necesidad del espectador de ver el próximo episodio.

Pero en Iron Fist nada de esto queda claro. En trece episodios no acabamos de saber qué quiere Danny Rand ni cómo intenta lograrlo ¿Defender Kun-Lun, vengar a sus padres, dirigir su multimillonaria empresa, averiguar qué significa el Puño de Hierro, acabar con la Mano, liarse con su novieta…? y otro tanto sucede con el resto de personajes. De Madam Mao a Bakuto, de Harold Meachum a su hijo Ward, de Collen Ween a Davos, es imposible saber quién es quién, qué papel juega cada cual. Por no saber, no sabemos ni siquiera quién es amigo y quién enemigo…

El otro error, que ya cometió Luke Cage, es renunciar a Marvel. Sí, se usan los personajes (al menos se basan en ellos) pero de forma voluntaria se renuncia a todo el universo visual y a todo el poderío imaginativo de La Casa de las Ideas. Daredevil enamora porque plasma en pantalla todo lo que puede del original del cómic. La Mano de Daredevil es la de Frank Miller, una misteriosa organización criminal con un ejército de ninjas que ejecutan a sus enemigos. La Mano de Iron Fist es una cosa informe, que no se sabe exactamente qué es, qué quiere ni quienes son sus miembros. Parece que a los guionistas les dé miedo o vergüenza utilizar los elementos del cómic. Lo mismo le sucedía a los de Luke Cage, y el resultado es un producto insípido y falto de carácter en su pretendida madurez…

Tampoco es que sea un desastre, pero se hace larga y aburrida, y hay elementos, como las relaciones entre los miembros de la familia Meachum que son directamente absurdos.

Por cierto, otro error de Iron Fist es que es la primera de la colaboración Netflix/Marvel que renuncia a la música de forma casi total.