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Voto de griffinjazz:
9
Drama Michael Corleone, heredero del imperio de don Vito Corleone, intenta rehabilitarse socialmente y legitimar todas las posesiones de la familia negociando con el Vaticano. Después de luchar toda su vida se encuentra cansado y centra todas sus esperanzas en encontrar un sucesor que se haga cargo de los negocios. Vincent, el hijo ilegítimo de su hermano Sonny, parece ser el elegido. (FILMAFFINITY) En diciembre de 2020 se estrenó en cines y ... [+]
1 de mayo de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como el que no quiere la cosa, en 2020 se cumplen 30 años del estreno de "El Padrino: Parte III" en 1990, una película que en su momento no fue unánimemente aclamada ni mucho menos (todos estuvimos más pendientes de los fallos que de las virtudes, recuerdo interminables y sangrientas conversaciones al respecto, jaja), pero que hoy en día me parece no sólo fabulosa, sino dignísima continuación y cierre de la trilogía.

Brillante Coppola ordenando los mimbres disponibles para relacionar a la familia Corleone con la trama eclesiástica (incluyendo hechos reales como el escándalo financiero de la Banca del Vaticano o la muerte de Juan Pablo I) y la vuelta a Sicilia para visitar a Don Tommasino y así cerrar el círculo, me parecen ideas indiscutibles y que ponen de manifiesto su enorme talento. El drama familiar que pasa factura a Michael Corleone (inmenso Pacino) por su relación con su hijo Anthony y los remordimientos por la muerte de Fredo y la imposibilidad de proponer soluciones para buscar alguna redención, ni en su relación con Kay ni en la legalización de los negocios familiares, convierten a Michael en un fantasma del pasado, perdido y humillado, que sólo encuentra consuelo en su hija Mary y en el refugio indeseado e inesperado de que la familia subsista gracias a la reencarnación de Sonny en su su sobrino Vincent.

Enorme su habilidad para inventar de la nada personajes nuevos como Don Altobello o Joey Zasa (ya lo hizo en El Padrino II con Hyman Roth y Frankie Pentangeli) o exprimir al máximo las posibilidades de Vincent Corleone, Connie o Al Neri, permitiéndose el lujo de prescindir de Tom Hagen por no llegar a un acuerdo económico con Robert Duvall, posiblemente uno de loas decisiones que más perjudicó al proyecto. Es evidente que Sofia Coppola como Mary Corleone fue una decisión manifiestamente mejorable (rechazó el papel Wynona Rider), pero qué más da ante la descomunal escena inicial en la fiesta cumpleaños (el duelo Vincent - Joey Zasa en presencia de Michael es oro molido) o el desolador final en la escalinata de la Casa de la Ópera de Sicilia con la Intermezzo de la ópera de Mascagni Cavaleria rusticana y ese grito silencioso que ya es historia del cine.

Una obra maestra.
griffinjazz
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