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Voto de Talía666:
2
6.6
16,175
Drama
Historia de una ninfómana contada por ella misma. Una fría noche invernal, un viejo solterón (Stellan Skarsgård) encuentra en un callejón a una joven (Charlotte Gainsbourg) herida y casi inconsciente. Después de recogerla y cuidarla, siente curiosidad por saber cómo pudo haber llegado a semejante situación; escucha atentamente el relato que ella hace de su vida, una vida llena de conflictos y turbias relaciones. Para su estreno ... [+]
6 de junio de 2016
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda parte del horripilante truño dirigido por Lars von Trier y protagonizado inexplicablemente por Charlotte Gainsbourg, tan infame o más, si cabe, que la parte primera.
Continúo reproduciendo con algunas licencias poéticas el fascinante diálogo que tiene lugar entre la desfallecida dama y el amable caballero que la recoge y la invita a pasar la noche en su casa:
Continúo reproduciendo con algunas licencias poéticas el fascinante diálogo que tiene lugar entre la desfallecida dama y el amable caballero que la recoge y la invita a pasar la noche en su casa:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Dama: En esto que cuando me bajé del metro, debo confesar que un tanto maltrecha y dolorida, decidí ir al zoo, donde había un gorila gigante que me encantó y me dije a mí misma: tiene que estar bien hacérselo con un homínido distinto al homo sapiens. Y me apuntaría un importante tanto en mi currículo. Oye, no te estarás excitando con todo esto que te estoy contando, no?
Caballero: No, tranquila, no me excito nunca. Además soy virgen. Y como el doctor Fausto le dijo a Mefistófeles: te vendo mi alma si me das calma. Oh, Thomas Mann, qué gran escritor! Le he dicho ya que esta novela sigue a grandes rasgos la historia vital de Nietzche?
Dama: No, pero yo no sé si le he contado a usted el día en el que en mitad de una orgía, mientras un señor me estaba introduciendo su miembro por la oreja y otro caballero hacía otro tanto por el ombligo (me encanta el coito umbilical, no se lo había comentado?) me dio un calambre en la pierna.
Caballero: Estaba yo pensando que el polimorfismo del niño, según el profesor Fromm, conlleva la represión del impulso escatológico. Por ello la capacidad del individuo para reinventar el propio ego hace que la asimilación del superego ocupe el espacio de la autosugestión. Está de acuerdo?
Dama. Pues no sé, pero el caso es que después de lo del calambre descubrí que me gustaban las sensaciones fuertes y me apunté a unas sesiones de sadomasoquismo con un famoso castigador que me azotaba el culete hasta que me lo dejaba hecho un ecce homo.
Caballero: Mi querida señorita, llegados a este punto me gustaría hablarle del momento en el que el gran Beethoven inventó la fuga. La Grosse Fuge, un único movimiento para cuarteto de cuerdas que rompe con las normas estéticas y armónicas del momento.
Dama: Y lo último, por lo que me han pegado esta paliza de hoy, es que me metí a chantajista sexual. Primero me follaba a los señores, a las señoras, a las piedras o a lo que se pusiera por delante y luego les pedía una determinada cantidad para no hacer públicos los hechos. Este sustancioso negocio me permitía satisfacer mis infinitas apetencias a la par que conseguir un modo de ganarme la vida con bastante holgura.
Caballero: Algo que está directamente relacionado con la contraposición de la Iglesia Oriental y la Iglesia Occidental; la ortodoxia frente a la heterodoxia, el monoteísmo frente al politeísmo, y la confrontación de ideas frente al blablablablabla…
Y así hasta el infinito y más allá. Una conversación de CUATRO HORAS CUATROOOOOO!!!!... (que se dice pronto) en la que Charlotte Gainsbourg va relatando pormernorizadamente distintos episodios de su vida sexual mientras el caballero mantiene una constante cara de poker y diserta largamente sobre lo divino y lo humano.
Me cuesta imaginar por qué extraña razón Gainsbourg, una actriz que generalmente me encanta, aceptó someterse a este apabullante dechado de gilipolleces cuya ingestión del tirón no le recomendaría ni a mi peor enemigo.
Prometo que lo que voy a contar a continuación es totalmente verídico. Esa noche, tras tragarme enteritas las dos partes del engendro, tuve un inquietante sueño: mi perro Manolo echaba un truño de proporciones gigantescas que tuve que partir en dos para poderlo recoger.
Simple casualidad o un claro mensaje de mi subconsciente? Ah, qui lo sa! Pero sucedió. Palabrita del niño Jesús
Caballero: No, tranquila, no me excito nunca. Además soy virgen. Y como el doctor Fausto le dijo a Mefistófeles: te vendo mi alma si me das calma. Oh, Thomas Mann, qué gran escritor! Le he dicho ya que esta novela sigue a grandes rasgos la historia vital de Nietzche?
Dama: No, pero yo no sé si le he contado a usted el día en el que en mitad de una orgía, mientras un señor me estaba introduciendo su miembro por la oreja y otro caballero hacía otro tanto por el ombligo (me encanta el coito umbilical, no se lo había comentado?) me dio un calambre en la pierna.
Caballero: Estaba yo pensando que el polimorfismo del niño, según el profesor Fromm, conlleva la represión del impulso escatológico. Por ello la capacidad del individuo para reinventar el propio ego hace que la asimilación del superego ocupe el espacio de la autosugestión. Está de acuerdo?
Dama. Pues no sé, pero el caso es que después de lo del calambre descubrí que me gustaban las sensaciones fuertes y me apunté a unas sesiones de sadomasoquismo con un famoso castigador que me azotaba el culete hasta que me lo dejaba hecho un ecce homo.
Caballero: Mi querida señorita, llegados a este punto me gustaría hablarle del momento en el que el gran Beethoven inventó la fuga. La Grosse Fuge, un único movimiento para cuarteto de cuerdas que rompe con las normas estéticas y armónicas del momento.
Dama: Y lo último, por lo que me han pegado esta paliza de hoy, es que me metí a chantajista sexual. Primero me follaba a los señores, a las señoras, a las piedras o a lo que se pusiera por delante y luego les pedía una determinada cantidad para no hacer públicos los hechos. Este sustancioso negocio me permitía satisfacer mis infinitas apetencias a la par que conseguir un modo de ganarme la vida con bastante holgura.
Caballero: Algo que está directamente relacionado con la contraposición de la Iglesia Oriental y la Iglesia Occidental; la ortodoxia frente a la heterodoxia, el monoteísmo frente al politeísmo, y la confrontación de ideas frente al blablablablabla…
Y así hasta el infinito y más allá. Una conversación de CUATRO HORAS CUATROOOOOO!!!!... (que se dice pronto) en la que Charlotte Gainsbourg va relatando pormernorizadamente distintos episodios de su vida sexual mientras el caballero mantiene una constante cara de poker y diserta largamente sobre lo divino y lo humano.
Me cuesta imaginar por qué extraña razón Gainsbourg, una actriz que generalmente me encanta, aceptó someterse a este apabullante dechado de gilipolleces cuya ingestión del tirón no le recomendaría ni a mi peor enemigo.
Prometo que lo que voy a contar a continuación es totalmente verídico. Esa noche, tras tragarme enteritas las dos partes del engendro, tuve un inquietante sueño: mi perro Manolo echaba un truño de proporciones gigantescas que tuve que partir en dos para poderlo recoger.
Simple casualidad o un claro mensaje de mi subconsciente? Ah, qui lo sa! Pero sucedió. Palabrita del niño Jesús