¡Que suene la música! [Military Wives, 2020] es una historia real que te calienta el corazón, que está bien escrita llena de detalles y que caen bajo tu piel hasta el corazón. Esta llena de pequeñas lineas que tienen la suficiente profundidad para emocionarte y alumbrarte por dentro y es perfecta para ver con un té humeante.

¡Que suene la música! Es bonita, es suave, es agradable, es emocional y trata temas lo suficientemente universales como para funcionar perfectamente y hacerte llorar tus ojos enteros y reírte desde el fondo de tu bienestar.

Es cierto que la película es un poco formulaica, que cae en clichés pero está tan afinada y con las notas tan perfectamente ejecutadas que sus errores me dan absolutamente igual.
Y la maquinaria funciona tan bien que no solo una vez, sino tres o cuatro veces me he encontrado con los ojos vidriosos.

Military Wives es la nueva película del director de Full Monty, Petter Cattaneo basada en hechos reales sobre un grupo de mujeres que para “ocuparse” mientras sus maridos (y mujeres) están sirviendo en el ejército deciden montar un coro.

Los protagonistas son dos mujeres que cada una con su peso emocional y con backgrounds diferentes comisionan entre lo clásico y lo moderno mientras aprenden que juntas son mejores. Ambas protagonistas están perfectamente interpretadas por una soberbia Kristin Scott Thomas y una carismática Sharon Horgan.

Military Wives es una película perfecta para ver con tu madre, que le encantará a los que disfrutaron cine como “Calendar Girls” o “Philomena” y que tiene un sabor British que te alegra el día y te conmueve.