Aceptable película de espías, mafias, tramas políticas corruptas, buenos actores y bien realizada. A pesar de la calidad de la película, la historia es poco creíble, un poco forzada al principio y muy forzada en la parte final.
Una trama política con un policía que mezcla lo personal y lo profesional. Algún otro fallo de guión como cuando el taxista mete a la pareja en un edificio de amigos drogadictos y el protagonista tiene que demostrar una vez más que es un caballero.
Es también una historia de amistad y lealtad entre dos amigos que se protegen, pero no tiene mucho sentido, un honor que caracteriza al protagonista y una insistencia en hacer lo correcto son quizás lo mejor de la película.

Ewan McGregor siempre ha sido un gran actor y soporta perfectamente el peso del papel protagonista y su amigo en la ficción Stellan Skarsgård es un actor sueco que ha participado en multitud de películas como secundario, un valor seguro para hacer esta cinta, cuando menos interesante.

Un tema muy jugoso el de las altas esferas, la grandes tramas de corrupción a nivel internacional, los banqueros, los políticos y la mafia rusa, pero no es una gran película.
Habrá que esperar a que algún año de estos algún director haga una película similar pero que sea muy buena. Parece que está todo inventado, pero siempre hay alguna sorpresa. No debemos perder nunca la esperanza.