Si hay un Fellini que me ha deslumbrado con títulos tan gloriosos como La Dolce Vita, Los Inútiles, Giulietta de los Espíritus, Casanova, La Strada, Las Noches de Cabiria -los que más recuerdo-, debo reconocer que en otras ocasiones -como en el caso de Amarcord- me ha resultado simplemente decepcionante. Todo en este film me pareció insufrible, falto de contenido y sobre todo de esa maravilla visual tan característica de sus mejores trabajos. Amarcord llega incluso a causar desagrado, porque no pasa de mostrar sin ninguna gracia una galería de situaciones y personajes vulgares y más bien chabacanos.

Con todo, es uno de mis directores favoritos, aunque no siempre sea un Midas que convierte en oro lo que toca. En casos como éste el producto logrado es el más genuino y puro plomo.