Hay una mala costumbre últimamente que consiste en enseñar en los trailers más de lo que se debería dejando el elemento sorpresa de las películas muy tocado. Esta Iron Man ya empezó muy bien en ese sentido pues el trailer era lo suficientemente atractivo para levantar espectación pero al mismo tiempo no adelantaba demasiado de su argumento, que es una excelente puesta al día de este personaje señero de Marvel. Además en él ya se podía ver lo que ha resultado ser un acierto de los que hacen época, el de Robert Downey Jr. como ese playboy chulopiscinas forrado de pasta hasta la médula llamado Tony Stark. Y tras ver el film, podemos decir que hay bastante más aciertos, de hecho apenas hay errores en esta entretenidísima película al más puro estilo Hollywood que da una clase magistral de lo que debe ser un blockbuster respetuoso con el espectador pero sin caer en la estupidez de otras pretendidas películas serias como la ridícula Transformers.

Favreau demuestra desde el primer momento que no va a perder el más mínimo tiempo con nada que no sea dinamismo al poder aunque hay que reconocerle una capacidad de síntesis a la hora de poner sobre el tapete el guión fuera de lo común. El personaje principal es trazado en apenas dos minutos de proyección con dos estupendos diálogos. A partir de ahí el realizador consigue subirnos a un carrusel espectacular que dura alrededor de las dos horas pero que se pasan en un suspiro, lo cual siempre es tremendamente positivo. Y es que no es para menos que la cinta está llena de aciertos, desde ese estupendo comienzo hasta el casting, sencillamente perfecto con un Downey Jr. en estado de gracia al que el papel le va como anillo al dedo y un recuperado Jeff Bridges que consigue un malo de los de verdad sin caer en el histrionismo, pasando por un elenco de secundarios en el que brilla Gwyneth Paltrow que rebosa química con Downey Jr. Además Favreau no se olvida de los aficionados al personaje llenando la proyección de múltiples referencias como el guiño de James Rhodes (Terrence Howard) a la armadura de repuesto (en los cómics sustituyó a Stark como Iron Man durante un tiempo y luego se convirtió en War Machine), la inevitable aparición de "papá" Stan Lee, o ese final después de los títulos de crédito donde se insinúa la posibilidad de un futuro film sobre los Vengadores.

He leido por ahí que la película no profundiza en los personajes, que no refleja bien el conflicto interior de Stark tras su secuestro, etc, etc, etc. Vamos a ver. Quien quiera ver una de Shakespeare, perfecto. Quien quiera ver la enésima paja mental de Lynch o Von Trier, perfecto. Pero quien quiera ver una película excepcionalmente entretenida, hecha con esmero y que rebosa vitalidad y calidad sin complicarse la vida en cosas que en este tipo de films no hacen más que entorpecer y enlentecer se lo pasarán bomba, independientemente que luego olviden lo que han visto y a otra cosa mariposa.