La comicidad británica suele hacer de lo dramático un chiste, eso que a algunos les hace gracia y a otros les saca de quicio, pero ante todo nos sorprende como se toman ciertas personas la vida en particular. Este serial de nombre Misfits (Inadaptados) creado por Howard Overman, se vuelve más y más canallesca conforme se van viendo los capítulos uno tras otro, volviéndose pilla y bribona a cada paso que da en su contenido irreverente y descarado de su inmoral cometido, con tantas obscenidades y situaciones amorales que es para caersele a uno la cara de vergüenza por tanto despropósito de continuos disparates. El tema de la serie nos cuenta como unos chicos reciben una gama de capacidades que les vuelve, aunque continúan con sus gamberradas, en seres extraordinarios y diferentes al resto por haber estado expuestos bajo una tormentosa lluvia de granizo. El humor con el que disponemos en esta serie, que cuenta con cinco temporadas, les puede parecer desagradable y ofensivo para algunos televidentes, pero para los seriéfilos y los teenagers será educadamente refinado todo lo que articulan estos muchachos. A mi ver la serie de estos chicos antisociales que trabajan en un centro cívico por delinquir o coquetear con las drogas, no me ha supuesto un arduo trabajo ni me ha incomodado su lenguaje soez, es más, he disfrutado mucho con ellos en cada uno de los episodios, en sus locuras y travesuras. Tengo que decir que solo he visto la primera y parte de la segunda temporada, así que mi valoración no es del todo completa, pero por lo que he oído pierde fuelle y falta chispa en las siguientes temporadas por la salida de algunos actores que ya simpatizaban con el público.