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Voto de Havezethario:
57,986
Fantástico. Aventuras. Drama
Con dieciséis años cumplidos, Harry inicia el sexto curso en Hogwarts en medio de terribles acontecimientos que asolan Inglaterra. Elegido capitán del equipo de Quidditch, los entrenamientos, los exámenes y las chicas ocupan todo su tiempo, pero la tranquilidad dura poco. A pesar de los férreos controles de seguridad que protegen la escuela, dos alumnos son brutalmente atacados. Dumbledore sabe que se acerca el momento, anunciado por la ... [+]
16 de agosto de 2009
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡No me jodivies que nos la han jugao, Romero el Madero se queda flipao!
Damas y caballeros, con esta nueva entrega de una saga siempre divertida, fantástica, súper-palomitera y taquillera por derecho propio es una estafa a la cara y un producto de fábrica que cumple perfectamente el esteroptipo del productor del "habano ilegal cubano". Y no meramente en que se note, a descaro, que los creadores de este filme no llegan a creerse o a amar su trabajo, pues saben que ya tienen el -titánico- cheque asegurado, sino porque, con esto, han insultado a Harry Potter. Han insultado a J K Rowling, a sus lectores, y a los no lectores que seguían esta saga en la Gran Pantalla. Un insulto con todas las letras. ¿Y esto? Pues porque se han meado en el libro, y ni los lectores ni los no lectores.
El Príncipe Mestizo sólo aparece en el título y acaba importando tres cojones quién es. A pesar de su "peligro", nadie se molesta en indagar quién es, y su revelación final es irrelevante.
La razón de ser del libro es estudiar los orígenes de Lord Voldemort y los Horrocruxes, respecto a los cuales se indaga, y nos da pistas sobre qué ocurrirá en la próxima película. Pero aquí vemos solo un recuerdo que nos dirá que Voldemort fue un niño repelente y otro que a Voldemort le interesaba experimentar apareando ratas con calamares.
En esta entrega de Harry Potter no se nos ofrece nada nuevo, ni aventura, ni la oscuridad emocional de la novela. La situación no cambia, no gana dramatismo, a pesar de las inquietantes imagenes del engañoso inicio de la película.
Todos los puntos fuertes del libro se han visto sustituídos por un cursi y pasteloso flirteo amoroso entre adolescentes hormonados. ¿Hasta dónde va a a llegarnos la infección de Stephenie Meyer y Laura Gallego? ¡Se han olvidado prácticamente de todo lo demás!
El resultado es una película de Harry Potter más parecida a un culebrón adolescente que a un blockbuster de fantasía y aventuras.
¡Nos han timado, a lectores y a no lectores!
Y ojo, la séptima van a partírnosla en dos partes para cobranos el doble. Como si no tuviéramos bastante con timos como segundas y terceras partes de Matrix, Piratas del Caribe
y Regreso al Futuro.
Damas y caballeros, con esta nueva entrega de una saga siempre divertida, fantástica, súper-palomitera y taquillera por derecho propio es una estafa a la cara y un producto de fábrica que cumple perfectamente el esteroptipo del productor del "habano ilegal cubano". Y no meramente en que se note, a descaro, que los creadores de este filme no llegan a creerse o a amar su trabajo, pues saben que ya tienen el -titánico- cheque asegurado, sino porque, con esto, han insultado a Harry Potter. Han insultado a J K Rowling, a sus lectores, y a los no lectores que seguían esta saga en la Gran Pantalla. Un insulto con todas las letras. ¿Y esto? Pues porque se han meado en el libro, y ni los lectores ni los no lectores.
El Príncipe Mestizo sólo aparece en el título y acaba importando tres cojones quién es. A pesar de su "peligro", nadie se molesta en indagar quién es, y su revelación final es irrelevante.
La razón de ser del libro es estudiar los orígenes de Lord Voldemort y los Horrocruxes, respecto a los cuales se indaga, y nos da pistas sobre qué ocurrirá en la próxima película. Pero aquí vemos solo un recuerdo que nos dirá que Voldemort fue un niño repelente y otro que a Voldemort le interesaba experimentar apareando ratas con calamares.
En esta entrega de Harry Potter no se nos ofrece nada nuevo, ni aventura, ni la oscuridad emocional de la novela. La situación no cambia, no gana dramatismo, a pesar de las inquietantes imagenes del engañoso inicio de la película.
Todos los puntos fuertes del libro se han visto sustituídos por un cursi y pasteloso flirteo amoroso entre adolescentes hormonados. ¿Hasta dónde va a a llegarnos la infección de Stephenie Meyer y Laura Gallego? ¡Se han olvidado prácticamente de todo lo demás!
El resultado es una película de Harry Potter más parecida a un culebrón adolescente que a un blockbuster de fantasía y aventuras.
¡Nos han timado, a lectores y a no lectores!
Y ojo, la séptima van a partírnosla en dos partes para cobranos el doble. Como si no tuviéramos bastante con timos como segundas y terceras partes de Matrix, Piratas del Caribe
y Regreso al Futuro.
