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España España · Madrid
Voto de paki:
10
Thriller. Intriga. Drama Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos vertientes de Campanella que me encanta ver en sus películas: el filósofo y el poeta. Uno me hace reír y pensar y el otro sentir y emocionarme. No sé cuál de los dos me gusta más, ni me importa, porque siempre las combina magistralmente. Me encantan sus disertaciones filosóficas sobre la vida, en las que, a toda velocidad, te arrastra a una conversación llena de humor, ingenio, inteligencia y ternura. La ternura y el humor le quitan las gotas de pedantería que pudieran salir de un producto tan elaborado, profundo y sabio que no parecen conversaciones de barra de bar o charla de amigos, citas de amor o lamentos de desamores. Da igual: el poso siempre es agridulce, melancólico, irónico, alegre, inteligente, ácido y sentimental. Así que siempre veré sus películas por esas maravillosas charlas en las que descubrí que el "argentino" es uno de los "idiomas" más sabios, ricos y expresivos del mundo...

Pero, además de eso, también están sus historias. Y ahí es donde le sale la poesía, el genio y la magia a borbotones. No importa cuánto ni lo bien que haya disertado sobre el amor, la amistad, la vida o la muerte... de repente todo da un giro loco y sorprendente y te deja en suspenso, con la boca abierta, a media lágrima y aturdido por el golpe al corazón. Directamente. Y todo lo que se había hablado, y reído, y pensado se desmorona para dejarte solo con la sorpresa de lo sorprendente. Eso es la poesía: lo mágico insertado en la vida cotidiana. Los actos movidos por la pasión como único fin, como la amistad de Sandoval o el amor del marido de la mujer muerta. La pasión por el amor, la amistad, la justicia, o lo que sea, incluso el fútbol... que llega hasta al último límite de la vida y más allá... Yo creo que ese es el sentido de la película. La opción entre vivir una vida vacía, rutinaria y segura, encerrado entre sus cuatro paredes, como en una oficina siniestra y oscura. O salir a pelear por lo que quieres, amas o deseas por encima de todas las cosas, aunque sea una idea, un recuerdo o algo tan nebuloso que ya no recuerdas muy bien qué es. De todos ellos, Expósito no se atreve a apasionarse, Sándoval no ha encontrado su pasión y el marido se ha perdido tanto en ella que lo ha devorado. O sea: un pánfilo, un borracho y un loco. Y Campanella nos ha puesto en la piel de Expósito para que veamos la vida desde los ojos de la pasión por el amor y la justicia. Da vértigo y miedo. Aunque sea "poética", pero se sale de los límites de la oficina estrecha, oscura, y muy injusta, en que hemos convertido nuestra vida y la sociedad. Así que para escaparse de ella hace falta ser muy valiente, estar muy loco o ser un poeta disfrazado de borracho. Un "pelotudo", vamos, como diría mi director preferido en perfecto argentino...
paki
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