Que eso es esta historia siniestra de niñas que pasan por el bosque y se encuentran con un asesino. Y es algo más. Es una magnífica novela visual del género de detectives y crímenes. Es una genial demostración de lo que el cine es capaz de hacer cuando tiene una buena historia que contar y que enseñar. Porque la literatura, algunas veces, se queda corta para describir, o nuestra imaginación para visualizar, las imágenes precisas, exactas y perfectas que nos cuenten una historia. Y el cine en ocasiones lo consigue. En ésta, desde luego, que sí. El bosque donde se esconde el peligro es oscuro, amenazante, triste, tenebroso o, a lo mejor, no, y es un bosque de primavera donde los niños pueden jugar con mil aventuras, pero el clima creado por el director nos dice que no, que es peligroso... Y la niña es linda, una muñeca inocente y solitaria, frágil e irresistible para el chocolate, la magia, los amigos nuevos o el peligro en forma de todo eso... Y el malo es muy malo: loco o enfermo pero peligroso, muy peligroso... Y hay un bueno que parece malo porque es feo, pobre y vagabundo y tiene cara de peligroso pero no lo es... Y el policía es bueno y además lo parece, y es listo listísimo. En realidad todos son arquetipos pero no importa, porque los personajes del cuento son tan exactos, precisos y perfectos como la historia. Y todo encaja de maravilla. Y para los amantes de las historias de crímenes y detectives es un regalo. La investigación policíaca es antológica: al final sabemos qué, quién, cómo, cuándo, donde y por qué...

Y como han dicho otros críticos es española... Un orgullo. Aunque miras el reparto, localizaciones, director y otros pequeños detalles y parece que hay gente de todos sitios. Claro. Es que es una historia universal que podría pasar en cualquier bosque del mundo: una niña, un lobo... cuidado!