Dirigida y escrita por Alan Parker. Basada en la novela Falling Angel de William Hjortsberg. A pesar de haber tenido una cierta popularidad antes de su estreno (debido a la escena de sexo entre Mickey Rourke y Lisa Bonet, donde sangre cae del techo y los tiñe de rojo), fue duramente criticado por el público recibiendo poca recaudación. Curiosamente en los papeles principales se pensó en Marlon Brandon como Louis Cyphre en vez de Robert De Niro y en Al Pacino, Jack Nicholson y hasta al mismo Robert De Niro en vez de Mickey Rourke para protagonizar a Harry Angel. Ahora sabemos que el tiempo le ha dado la razón al destino, indudablemente.

La película combina de una manera sobresaliente el cine negro, el trhiller y lo fantastico. Aunque no es una película netamente de terror, muchas escenas ocasionaron algunos sustos y traumas al expectador. El guión te mantiene en un suspenso único que ya en el final todo va cuadrando. Las actuaciones estuvieron estupendas: Robert de Niro soberbio en su papel de Lucifer, inolvidable con su barba negra y sus uñas largas y especialmente en aquella escena del huevo, cuando le comenta a Harry Angel que en otras culturas el huevo simboliza al alma y luego se la come.

Un detective privado (Harry Angel) es contratado por unos misteriosos abogados, especialmente por Louis Cyphre. Este le cuenta que debe investigar a un tal Johnny Favourite, un ex cliente suyo que le debe una gran suma de dinero. En el transcurso del tiempo se da cuenta que como sea han querido borrar los rastros de Favourite y conoce a personajes que estan relacionados a la magía negra y al budú. Las escenas de brujeria y paganismo no solo impactaron y desconcertaron a Harry Angel, si no también al espectador. El detective descubre la verdadera identidad de Louis Cyphre y también la suya. El final perfecto y metafórico nos muestra a Harry Angel bajando de un ascensor, como si ascendiera a los infiernos.