Desde luego que es una de las películas a seguir de los noventa. Una película MÁS QUE NOTABLE cuyo único error quizás sea un metraje ALGO EXCESIVO pero que queda perfectamente soliviantado con unas interpretaciones notables y unos efectos maravillosos, además de un par de escenas sobresalientes cuando se trata de mostrar lo infernal de la propuesta.

Y mira que el Keanu de los noventa, a un servidor se le resiste, pero el tipo está notable aunque queda eclipsado por Al Pacino (que está excelente y con unos diálogos geniales) y por Charlize Theron, cuyo personaje no se queda en novia de, sino que tiene un par de escenas la mar de atractivas y un desarrollo interesante (véase cuando recrimina a Keanu diversas cosas).

El resto de personajes están atinados y la trama se mueve entre la ambición de la ciudad neoyorquina y las visiones demoníacas que van surgiendo. Ni que decir tiene que el filme alcanza sus mejores cotas cuando las cosas se van de madre (véase la escena entre Reeves y Theron/Nielsen) que consiguen que la película muestre todas sus cartas.

Es difícil encontrarle fallos. Es una película que puede no interesar, pero desde luego propone suficiente temáticas, situaciones y dilemas como para entretener. Un guión más que decente, unos efectos notables y unas actuaciones sobresalientes.

Las dos horas y veinte se pasan volando.