¿Qué mejor manera de cancelar a un abogado con sobrepeso que ha matado a una gitana, que hacerle perder peso hasta la desaparición?

Pues con eso juega Thinner, una de las adaptaciones menos conocidas de Stephen King y que pese a lo extraño de su premisa y un presupuesto ínfimo (se puede notar cuando se ve a Robert John Burke gordo), la película FUNCIONA.

Se pasa rápido y aunque hay algunas cosas que no funcionan tanto (véase ese Joe Mantegna jugando de nuevo a El Padrino) en su mayoría la película es competente.

También se agradece el ambiente y el espíritu de humor negro que tiene la película y que se intensifica hacia el final de la cinta.

Robert John Burke está atinado y el resto de actuaciones son decentes.

Sencilla, rápida y efectiva.