Una bella fabula oriental inspirada en los principios budistas y con clara intención didáctica, una poesía animada y silenciosa encuadrada en la más exuberante naturaleza repleta de lecciones vitales. Una película sencilla que narra cómo su protagonista madura a través de las estaciones de la vida de manera metafórica y moral, sin apenas hacer uso de la palabra pero en la que cada línea de dialogo está repleta de sabias enseñanzas. Rebosante de simbolismo que compara la vida humana, la mente, el espíritu y la relación con el mundo exterior con la isla en medio del lago, la puerta del embarcadero, el valle y los personajes externos. Un cuento que intenta mostrar el fracaso del ser humano en encontrar la paz interior y la felicidad superando a su instinto más irracional, influido de un ambiente pesimista y una visión fatalista de la existencia, contraponiendo de la manera más básica el bien y el mal, el amor y el odio o incluso la vida y la muerte. Presenta las relaciones humanas con una simplicidad pasmosa, reduciendo la niñez a la inocencia, la adolescencia a la sexualidad, la juventud a la rebeldía y la madurez a los remordimientos.
Puede ser una película difícil de digerir debido a su simbolicidad y falta de dialogo pero que recompensa a los espectadores capaces de verla y comprenderla con una hermosa moraleja.