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España España · Hospitalet de Llobregat
Voto de Adolfo:
3
Musical. Drama En 1952, muere Eva Perón, y Argentina entera está conmocionada por la desaparición de un mito. Tras una infancia difícil, Eva, una joven provinciana, se convirtió en la primera dama de la República Argentina. Alan Parker lleva su vida al cine adaptando el musical de Broadway con la música de Sir Andrew Lloyd Webber (El fantasma de la Ópera, Cats) y el libreto de Tim Rice. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2015
36 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que reconocer sus méritos:

1º. Una banda sonora destacable.

2º. Una buena puesta en escena.

3º. El buen hacer de los dos protagonistas masculinos: Jonathan Pryce y Antonio Banderas. Y un esfuerzo destacable por parte de Madonna para infundir un poco de alma a la detestable caricatura de Eva Duarte de Perón "inventada" por los guionistas de este engendro, Alan Parker y Oliver Stone, muy lejos de sus mejores momentos.

La imagen absolutamente sesgada que la película ofrece sobre Eva Duarte de Perón, El tufo "pro-USA" (imperialista y capitalista) y anti-argentino de su desarrollo. Las mentiras, medias verdades y estupideces varias vertidas a lo largo de más de dos horas de metraje. Si bien no acaban de destrozar la película, sí la convierten en un panfleto malintencionado y carente de veracidad histórica. Claro está que poco más se puede esperar de Mr. Parker y Mr. Stone, que en 1996 no atravesaban el mejor momento de sus respectivas carreras cinematográficas. Muy alejados de la calidad de películas como "Arde Mississippi" (Alan Parker, 1988) o "Platoon" (Oliver Stone, 1986).

La calidad de los aspectos técnicos de "Evita" apenas puede ocultar el mensaje claramente difamatorio y denigrante que se quiere transmitir sobre la que fue Primera Dama de Argentina desde febrero de 1947 hasta su fallecimiento en julio de 1952. Ciertamente murió muy joven (apenas contaba 33 años) y fue víctima de una cruel enfermedad (cáncer de útero) que, si bien acabó con su vida con extraordinaria rapidez, también sirvió para fortalecer el mito de la primera esposa de Juan Domingo Perón: la defensora de los derechos de la mujer y de los trabajadores argentinos. Sus "descamisados", como ella los llamaba cariñosamente.

No fue una "santa" (resulta insultante y ridículo el calificativo de "santa peronista" que la película pone en boca de los argentinos presentes en su primer discurso público. Pero tampoco fue una "perdida", ambiciosa y falsaria, tal como la retrata la cinta en cuestión.

En los cinco años que compartió con Perón al frente de la nación argentina, promovió el reconocimiento de los derechos políticos de la mujer (voto femenino y Partido Peronista Femenino), la equiparación en derechos civiles con los hombres (patria potestad compartida) y apoyó incondicionalmente a los trabajadores argentinos (relaciones con los sindicatos y la CGT) y a los más desfavorecidos (Fundación Eva Perón). ¡Desde luego hizo mucho más por mujeres y trabajadores de lo que hicieron las esposas de los militares golpistas que destrozaron al pueblo argentino entre marzo de 1976 y diciembre de 1983! Claro que éstas últimas debían de ser "damas respetables" de misa diaria y sus maridos, generales de élite, corruptos, torturadores y asesinos, pero, eso sí, de casta.

En resumen, resulta lamentable comprobar como dos cineastas de la calidad de Mr. Parker y Mr. Stone no tuvieron el menor decoro al firmar un guión deleznable y al poner en pie una película no menos deleznable, con la intención nada disimulada de "envenenar" la frágil cultura histórica de los norteamericanos y destruir el buen nombre de una mujer, fallecida casi medio siglo antes, que ya no podía defenderse ni ser defendida por los que realmente la conocieron.

Para quienes, peronistas o no, justicialistas o no, respeten la memoria de Juan Domingo Perón y su legado político, así como la memoria de Eva Duarte de Perón y su legado humanista, esta película no sólo representa una sarta de mentiras mal disfrazadas de musical sino un insulto a la inteligencia y al espíritu del pueblo argentino que tanta sangre ha derramado defendiendo sus libertades frente al imperialismo yanqui y la traición de la oligarquía militar y religiosa.
Adolfo
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