Es una pena que una premisa tan prometedora, acabe convertida en una serie ininterrumpida de despropósitos sin apenas acierto (y digo casi, xq la historia paralela de una de las protagonistas genera cierto interés, aunque a la postre injustificado hay que decir).
Comienza la película con una premisa, como digo, esperanzadora, una persona con múltiples personalidades que pugnan por hacerse con el control, tres chicas se ven atrapadas en los planes de este polifacético personaje. Como no, tenemos a la psiquiatra de turno, con menos luces que un barco pirata y cuya única finalidad es darnos a conocer la dura vida del prota e ir dando paso al desbordante personaje.
Hasta aquí nada nuevo bajo el sol y ese precisamente es el problema, nos encontraremos ante una sucesión de clichés manidos hasta la saciedad, que hacen que la película carezca de interés.
Dicho esto y como todo no va a ser malo y teniendo en cuenta que estamos ante un 'maestro del genero', Shyamalan nos ofrece unos cuantos trucos de factura personal que maquillan un poco la inverosimil historia principal.
En cuanto a James McAvoy, pues perdido en un guión sin sentido, sobre actuando de lo lindo (véase su etapa de niño) salvaría de la quema a una solvente Anna Taylor Joy que ya me encantó en 'La Bruja'.